Entrando de lleno el frío
comencé a buscarte por el cielo
notaba tu presencia en mi interior
casi te podía acariciar aun estando muerta,
la belleza por ser transparente,
como cabezas de elefante
esculpidas en miseras reliquias,
desdibuja el sentimiento trágico
de la perdida.
Tu ojos mirando fijamente al sol.
Tu espesura entre la niebla.
La pasión de tu ser,
(espíritu errante),
el olvido en la inmensidad del mar
de los errores predecibles.
Fue la muerte que vino del mar,
como las estrellas.
Y mi persona paralizada,
sucumbió a su reflejo marchitado
sin tu presencia el desierto perderá
su luz,y las olas caerán en la
más absoluta tristeza.
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