El suelo inglés arde
mientras las cerillas rebosan de tu bolsillo,
Dios te llama en la noche,
pero no le reconoces
y sientes perderte en tus temblores,
en esa luz que ciega al loco,
que recupera la saliva rojiza
en bancos de parques casi abandonados,
Tu no eras culpable del incendio!!
Ni aquellos locales frecuentados por orientales,
que gritaban borrachos al neón de los burdeles,
Centinelas,
hígado impaciente que vierte un andar cansado
entre los adoquines dibujados en colores chillones,
Exilio infinito dijeron,
nadie te hubiera perdonado no saltar,
sin tus cerillas nadie habría
vislumbrado el brillo de aquella noche
aquél sol renacería para mostrarnos el verdadero infierno,
aquél exilio tan hermoso volvería a florecer
dentro de tu nublado corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario