La calle despierta al imparcial espectador del día,
Esquelético manjar,
sinuoso y desafiante,
Ejecuta sus armas contra algo que grita
en la lejana oscuridad de un baño encharcado,
el vomito indescifrable que recubre todo
futuro rojo en aquella noche.
Desearemos haber alcanzado el clímax
de la más lejana Babilonia.
Rápida contracultura de los días que terminan
Fuego,Fuego,Fuego,Fuego,Fuego.
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