AlfonsoCostafreda.II.
Pero aún pudo verte, un eco
que caería a tientas
con la antena de las palabras, lomo
de la separación.
Pero aún pudo verte, un eco
que caería a tientas
con la antena de las palabras, lomo
de la separación.
Su rostro suavemente resignado,
la lámpara que ardiera;
mas de repente surge
dentro de mí una llama
en que susurras con dolor. No. Nunca.
la lámpara que ardiera;
mas de repente surge
dentro de mí una llama
en que susurras con dolor. No. Nunca.
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